Donde el arte se encuentra con la ecología

La creatividad es una capacidad innata de todos los seres humanos. Nos permite crear, encontrar soluciones ingeniosas y eficaces a los desafíos que se nos presentan en la vida cotidiana.

Soy de esas personas que siempre están conectadas con su lado creativo. A lo largo de mi vida, he abrazado la creatividad como un pilar fundamental en todo lo que hago. Cada acción que emprendo está ligada al impacto que pueda generar en mi entorno. El arte es mi forma de soltar energía y siempre he tenido un lazo fuerte con la naturaleza.

Cuando me meto en proyectos creativos, no me conformo con hacer algo solo por hacerlo. Quiero que sea útil, algo que no termine en el basurero, como tantos de esos pequeños juguetes de plástico desechables que a menudo vemos en cumpleaños infantiles.

Me fascina jugar con colores, formas y texturas, y lo aplico a todo lo que hago en mi rutina. Siempre me verás dibujando, tejiendo para mis niños, cosiendo para arreglar la ropa, o experimentando en la cocina con recetas veganas.

Además, disfruto restaurando muebles y ropa que adquirimos de segunda mano o encontramos abandonados. En la realización de cada proyecto, aprendo que mantener el enfoque en el proceso en lugar del resultado final es esencial. Mover el objetivo hacia el disfrute del proceso me ayuda a visualizar cada actividad que necesito llevar a cabo antes de llegar al resultado deseado.

Desde que nos mudamos a Canadá, todas estas facetas de mi creatividad han florecido. He tenido la fortuna de tener acceso a diversas herramientas y recursos, algunas compradas y otras encontradas de manera inesperada. Incluso tuve la dicha de ganar una cortadora de vinilos en un concurso, lo que ha ampliado mis posibilidades creativas.

También he canalizado mi energía artística en el karate. Llevo un tiempo practicándolo, y no solo ha tenido un impacto en mi vida, sino que ha arrastrado a toda la familia.

El karate se ha convertido en un noble camino que forma parte integral de nuestra vida diaria, especialmente a través de la escuela Miyazato de Karate Do. Este estilo de vida coincide y enriquece nuestra filosofía de vida. Me gustaría compartir más sobre lo que el karate significa para nosotros y cómo ha influido en nuestra familia.

En fin, deseo compartir todas las actividades y objetos que he creado a lo largo del tiempo. Mi objetivo es que encuentren inspiración en mis creaciones, que se unan a mí en esta travesía creativa reutilizando y jugando con el material que ya tenemos, el que le sobra al vecino, para transformarlo para nosotros, para la familia y porque no, devolverlo al vecino con nueva vida.

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