En nuestra familia, la tradición de celebrar cumpleaños ha seguido evolucionando, adaptándose a los intereses cambiantes de mis hijos y a nuestro compromiso con la sostenibilidad.
Los últimos dos cumpleaños no fueron la excepción. Cada uno reflejó el interés del momento de los niños, así como nuestro deseo de minimizar el impacto ambiental de estas celebraciones.
El noveno cumpleaños de Felipe: Un viaje al mundo de Harry Potter
Felipe no era muy aficionado, por no decir que detestaba, leer los libros que le mandaban del colegio cada viernes para luego hacer una redacción. Esta aversión nos sorprendía, ya que cada noche leemos juntos en voz alta antes de dormir. Sin embargo, tras dejar el colegio, los libros se convirtieron en sus mejores compañeros.
En pocos meses, devoró todo lo que había en casa: desde Matilda, Charlie y la fábrica de chocolate y James y el melocotón gigante de Roald Dahl, hasta colecciones enteras de cómics y libros sobre datos curiosos de animales.
Una noche, tras terminar un capítulo de Harry Potter, me preguntó si podía seguir leyendo solo, porque no aguantaba más la curiosidad. Así fue como los siete libros pasaron por sus manos uno tras otro.
Para el noveno cumpleaños de Felipe, la magia de Harry Potter se apoderó de nuestra casa. Un poco de decoración para ambientar y una búsqueda del tesoro con extractos de los libros hicieron que la noche se llenara de magia.
Luego de cenar todos juntos, comenzó el juego: teníamos preparada una pijamada, pero los niños no podían entrar a la habitación sin antes resolver las pistas para obtener los tickets que les permitían ingresar al tren, representado por una puerta que simulaba la plataforma 9¾.
Después de resolver todas las pistas, llegaron al sótano, donde todo estaba preparado para ver Harry Potter y la piedra filosofal. Para esta ocasión, alquilamos carpas y ambientación, una idea que nos pareció genial ya que la empresa se encargó de armar y desarmar todo.
Optamos por reutilizar y adaptar elementos de decoraciones anteriores, así como por crear nuevas piezas con materiales reciclados que formaron parte tanto de la decoración como de las pistas para resolver el misterio. Posteriormente, regalamos estas decoraciones a una familia conocida que estaba por celebrar un cumpleaños con una temática similar.
En lugar de los regalos tradicionales, Felipe y sus amigos recibieron una bolsita con grajeas de todos los sabores, literalmente todos: desde los más agradables como frutilla y naranja, hasta los más desagradables como tierra, pasta de dientes o pimienta. ¡La sorpresa fue tan grande como las risas!
El séptimo cumpleaños de Leonor: Una aventura de camping
Leonor, por otro lado, celebró su séptimo cumpleaños con una temática de camping, lo que nos permitió llevar la fiesta al aire libre y disfrutar de una noche llena de juegos y pijamada.
La decoración fue simple pero efectiva: banderines de cumpleaños pasados, almohadones alrededor de la mesa y acertijos que los niños debían resolver para poder entrar en el “bosque encantado” y dormir en las carpas, que alquilamos al mismo emprendimiento que ambientó el cumpleaños de Felipe.
Los juegos comenzaron con un rompecabezas que, al armarlo, les daba la primera pista. Debían buscar seis acertijos bajo la alfombra y resolverlos. Cada acertijo les proporcionaba un número para completar una clave numérica que les permitiría entrar en el bosque.
Todo esto fomentó la creatividad y el trabajo en equipo, aunque debo admitir que la sopa de letras fue la menos preferida por la cumpleañera, algo que se notaba en su cara.
Como recuerdo, los niños se llevaron un libro de actividades para hacer en viajes largos. Por experiencia, sabemos que los trayectos hacia los campamentos suelen ser largos y aburridos sin el entretenimiento adecuado.
Reflexiones y aprendizajes
Estos últimos cumpleaños reafirmaron nuestro compromiso de crear celebraciones significativas que no solo respeten los intereses de mis hijos, sino que también transformen la celebración en una experiencia y promuevan un estilo de vida más consciente y sostenible.
Al seguir explorando nuevas formas de celebrar, espero que estas prácticas se conviertan en recuerdos preciados para mis hijos, al igual que lo fueron para mí aquellos globos y estrellas de cartulina que adornaron mi propia fiesta de cumpleaños.
¿Cómo han evolucionado las celebraciones de cumpleaños en su familia? ¿Qué prácticas sostenibles o temáticas especiales han incorporado para hacerlas más significativas y memorables? Me encantaría leer sus experiencias e ideas.